domingo, 8 de abril de 2012

Al hilo de la Semana Santa

Aderezaron sus costosísimos muñecos, y algunos lloraban por no poder lucirse con ellos en la calle, ya que la benfactora lluvia hacía acto de presencia.
Hoy, domingo, he sentido pena por el anciano que no puede recibir la bendición papal. Si en vez de decir: Bencicat vos, dijera: Benedicat nos, él tambien seria bencecido. Pero la soberbia de "bendecidor" le ciega y sale perdiendo.

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