viernes, 26 de noviembre de 2010

El condón, el Papa y los obispos españoles

Se ha levantado bastante revuelo porque parece que el Papa ha abierto la mano para el uso del condón en ciertos casos. Según las versiones parece referirse a ir con prostitutas o prostitutos.
De entrada tengo que afirmar que este señor se mete en unos jardines que no son los suyos, y en cuestiones sobre las que debe carecer de toda práctica. Por ello no me explico que medios de solvencia y, en principio nada religiosos, den tanta importancia a su afirmación.
De todos modos no ha abierto la mano, y los obispos españoles llevan razón cuando dicen según un periódico lo siguiente: “El Papa no ha defendido "ni de lejos" el uso del preservativo. A pesar de que esta semana Benedicto XVI admitió en un libro el uso del condón "en ciertos casos", los obispos españoles siguen inamovibles en su posición y afirman que la utilización del preservativo siempre sucede "en un contexto de inmoralidad”.
En efecto, según la moral católica más rancia el condón de puede usar en ciertos casos acogiéndose ya al principio del doble efecto, ya a la elección del mal menor. Por ello quien va de putas o de putos han podido usarlo sin que en ello se diera una inmoralidad añadida al hecho prostituir y prostituirse.
Por el principio de la elección del mal menor se opta por la no concepción (mal menor), frente al mal mayor de contagiar una grave enfermedad o contagiarse de la misma.
Por el principio del doble efecto se puede poner una causa de la que se siguen dos efectos: uno bueno y otro malo, siempre que aquel no se desee y no venga a través de este. Esta es la situación del que usa condón en la prostitución. Ponérselo es una causa de la que se sigue impedir la concepción (efecto malo según la iglesia), y no contagiar o contagiarse (efecto bueno que no se consigue a través del malo).
En conclusión, el Papa se mantiene dentro de la moral de siempre, y no ha dado el más mínimo paso de apertura para que tanto indocumentado eche las campanas al vuelo.
Quizá solo corrija la metedura de pata que cometió en su vuelo a Angola y Camerún cuando dijo que el VIH era "una tragedia que no puede resolverse sólo con dinero, que no puede resolverse con la distribución de condones, que incluso agrava los problemas".
Parece que la volar, creyéndose más cerca del Espíritu Santo dice barbaridades como la que soltó sobre el laicismo llegando a España.
Como no hay mal que por bien no venga, ante tanta equivocación a lo mejor se da cuenta de que ha perdido reflejos con la edad y se decide a dimitir, posibilidad que ha admitido últimamente.

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