jueves, 27 de enero de 2011

Higiene absurda y estúpida

En distintos medios de comunicación vengo leyendo que en la comida servida a cierto centro escolar de La Zubia ha aparecido un insecto. Hoy en 20 Minutos se identifica el cuerpo del delito que resulta ser una tijereta o cortapico. Quienes nos criamos en el medio rural conocemos dicho insecto que usábamos para armar trampas y atrapar aves insectívoras con cuya ingestión se suplía la falta de proteínas de la dieta. Más de una vez ingeríamos sin darnos apenas cuenta este insecto, de sabor característico y algo desagradable, sobre todo al comer cierta frutas. En el Seminario de Gracia, más de una vez, comiendo cocido de garbanzos apartábamos algún gusano y seguíamos comiendo. Ni que decir tiene que comiendo higos, solo tirábamos el palillo y, si no detectábamos acidez, tragábamos el suculento bocado sin preocuparnos de los gusanos, a no ser que fuera viernes, día en que la carne estaba prohibida por la Santa Madre Iglesia.
Si por una inofensiva tijereta se ha puesto el grito en el cielo ¿que ocurriría si el postre consistiera en higos pasados donde es fácil que se alojen gusanos?
Parece mentira a donde se puede llegar por haber perdido el contacto con la naturaleza.

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